Diecisiete personas murieron y cuatro estaban desaparecidas ayer debido a inundaciones provocadas por violentas tormentas durante la noche en el sureste de Francia.
El sábado por la noche, un intenso aguacero que alimentó la crecida del pequeño río costero de la Brague sumergió las calles de varias ciudades muy turísticas de la Costa Azul, entre ellas Cannes, Niza y Antibes.
Entre los fallecidos figuran tres personas mayores que murieron ahogadas en un centro de ancianos cerca de Antibes. “Se encontraban en la planta baja y les cubrió una ola de agua”, indicó François-Xavier Lauch, alto cargo de la prefectura departamental de los Alpes Marítimos.
Otras tres víctimas fueron descubiertas dentro de su coche en Vallauris-Golfe-Juan. El vehículo fue arrastrado por el agua al entrar en un pequeño túnel.
La localidad de Mandelieu-la-Napoule fue la más afectada, con siete muertos. Se trata de personas que fallecieron al ser sorprendidas por el agua en estacionamientos subterráneos cuando intentaban sacar su
coche.
También perecieron dos personas en Cannes, entre ellas una mujer de unos 60 años que fue hallada sin vida cerca de un estacionamiento, y una en un campamento en Antibes. Otra persona murió en un accidente de coche provocado por la lluvia.
“Varios vehículos fueron arrastrados hasta el mar”, contó el alcalde de Cannes, David Lisnard. “Es muy espectacular, fueron socorridas muchas personas y ahora debemos prevenir fenómenos de saqueos” en las tiendas, añadió el alcalde, que albergó a 120 personas en un local durante la noche.
Unos 28 mil hogares seguían privados de corriente eléctrica ayer, y la red de carreteras seguía intransitable en numerosos puntos, causando que decenas de personas, sobre todo turistas, quedaran varadas.
El presidente francés, François Hollande, que expresó “la solidaridad de la Nación” a los damnificados, acudió a las zonas de desastre acompañado del ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.