Un derrumbe de dos edificios de cuatro pisos en Río de Janeiro dejó al menos dos muertos y otros tantos heridos.
Los bomberos acordonaron la zona para facilitar la búsqueda de sobrevivientes. Un vocero de los bomberos dijo que hallaron dos cadáveres y que desconocen el número de personas que se hallaban al interior al momento del derrumbe.
La oficina del alcalde Marcelo Crivella dijo que la zona era controlada por “milicias” y que los edificios no estaban habilitados.
Las autoridades sólo pudieron llegar a la zona acompañadas por la policía en noviembre, cuando retiraron la habilitación de los inmuebles, informó en un comunicado.
El derrumbe puso de manifiesto la mala calidad de la infraestructura en el país más grande de Latinoamérica y apuntó los reflectores hacia las milicias ilegales que controlan grandes zonas de Río de Janeiro.
Los derrumbes de inmuebles son frecuentes en Brasil, que padece de mala infraestructura en muchos lugares. La corrupción y la falta de supervisión agravan el problema, ya que muchos son construidos sin la debida certificación.
La zona fue de las más afectadas por las lluvias intensas que provocaron grandes inundaciones y mataron al menos a 10 personas. Las calles cercanas a los edificios todavía están sucias de lodo.