Al menos 13 personas murieron y otras 60 resultaron heridas en Afganistán y Pakistán por un potente temblor que se sintió a miles de kilómetros de distancia, aunque la zona golpeada no sufrió la cantidad masiva de víctimas que suele dejar un sismo de estas características, especialmente en una región con viviendas precarias.
El sismo de magnitud 6.5 comenzó a las 21:17 hora local de Afganistán y tuvo más de 30 segundos de duración. La violenta sacudida se sintió de Asia Central a Nueva Delhi, en India, a más de 2 mil km de distancia. El temblor tuvo su epicentro en el noreste de Afganistán, cerca de la ciudad de Jurm, en la frontera con Pakistán y Tayikistán, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
En el distrito afgano de Jurm, cerca del epicentro, entre “2 mil a 3 mil personas” pasaron la noche a la intemperie, contó Inamullah, un vecino de la zona. “Teníamos miedo y pasamos toda la noche despiertos”, agregó el agricultor de 40 años.
El sismo se produjo en la región montañosa del Hindú Kush, en la confluencia de las placas tectónicas eurasiática e India. Pero, su profundidad de 187 kilómetros mitigó los daños potenciales. Autoridades en Afganistán reportaron cuatro muertos, incluyendo una bebé, y 75 heridos, pero los enlaces telefónicos y de internet a las regiones remotas del país quedaron cortados.
Cerca de 150 casas quedaron destruidas parcial o totalmente y dos personas murieron en esta provincia, en el este de Afganistán, informó Jair Mohamad Ghazi, director de la gestión de catástrofes. En la provincia pakistaní de Jáiber Pajtunjua, al norte de la capital Islamabad, las autoridades dijeron que nueve personas murieron en el sismo, incluidos dos mujeres y dos niños.
En ciudades afganas como Kabul o Rawalpindi, la gente salió corriendo de casa, algunos descalzos y con sus hijos de la mano, otros recitando el Corán. El movimiento telúrico sorprendió a muchas familias en plenos festejos del Nouruz, el Año Nuevo persa.