México conmemorará el Día Mundial de la Alimentación en San Felipe del Progreso, Estado de México

por Notinúcleo Networks

Los avances en el combate a la pobreza extrema y el hambre en San Felipe del Progreso, muestran cómo la acción conjunta de diversas Secretarías de Estado y niveles de gobierno contribuyen para lograr resultados positivos en la materia.

 Es por ello que este jueves 15 de octubre México conmemorará el Día Mundial de la Alimentación, así como el Día Internacional de la Mujer Rural, en este municipio del Estado de México.

 “Protección social y agricultura para romper el ciclo de la pobreza rural”, es el lema que este año promueve el Día Mundial de la Alimentación, que enfatiza la importancia de la interrelación entre las políticas sociales, los sistemas de protección social y el desarrollo productivo.

 En el evento estarán presentes representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDESOL), la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el gobierno del Estado de México.

 La protección social es una combinación de políticas, programas e intervenciones que tienen como objetivo proteger a las personas pobres y en situación de inseguridad alimentaria y sacarlos de la pobreza y el hambre, tal como lo hace la Cruzada Nacional contra el Hambre. A través de diversos programas que proporcionan apoyo financiero o en especie a las personas pobres y vulnerables, la protección social aumenta sus ingresos, capacidades y derechos.

 La evidencia muestra que los planes fiables y regulares de protección social pueden ayudar a las comunidades pobres a superar las limitaciones financieras y gestionar riesgos que generalmente les desalientan para perseguir una mayor rentabilidad. Cuando se implementan a gran escala, los sistemas de protección social pueden también contribuir a una reducción general de la brecha de la pobreza, con el empoderamiento de familias y comunidades.

 Además, la repercusión de la protección social en la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza puede intensificarse si se centra la atención en el papel de las mujeres a la hora de orientar y diseñar los programas.

 

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