Monterrey, 9 Feb (Notimex).- A través de biología sintética, un grupo de 13 estudiantes del Tecnológico de Monterrey, de diversas carreras, mezclaron sus conocimientos para desarrollar un psicobiótico que ayuda al tratamiento de la depresión y la ansiedad.

La institución educativa informó que alumnos del Campus Guadalajara, a finales de 2018, participaron en el International Genetically Engineered Machine Competition (iGEM) en Boston, Estados Unidos, donde obtuvieron medalla de bronce.

Refirió que iGEM es una competencia internacional que empezó como un curso para estudiantes universitarios del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para desarrollar dispositivos celulares.

Ahora es una competencia con casi 300 equipos de 30 países que incluye también estudiantes graduados, de secundaria y laboratorios comunitarios, indicó en su portal en Internet.

Explicó que, para generar Lactobachill, combinaron un probiótico, bacteria capaz de normalizar varios procesos del organismo y un psicotrópico, sustancia que actúa directamente en el cerebro.

Los jóvenes, dijo, trabajaron bajo la premisa de que en el intestino existen neuronas vinculadas a nuestro cerebro.

Cristina Figueroa, integrante del equipo, mencionó que “estas neuronas junto con la microbiota -organismos que ayudan al cuerpo a equilibrarse- están vinculadas con la regulación de procesos neurológicos como la depresión .

“Cuando existe una desregulación pone en alerta a todo el cuerpo y nosotros por medio de modificaciones genéticas realizamos un constructo que ayudará a modular esto mismo al inhibir una respuesta inflamatoria”, agregó.

Lactobachill, expuso, se construyó mediante biología sintéticaL, al modificar genéticamente un lactobacilo con propiedades psicobióticas (L. rhamnosus) que puede colonizar eficientemente el intestino.

“Este microorganismo puede usarse para inhibir las señales de las citoquinas asociadas con la desestabilización de la información sistémica y del sistema inmunológico y ayudar a la normalización del eje intestino-cerebro”, señaló.

Así, continuo, este psicobiótico inteligente puede liberar una molécula antinflamatoria que logra bloquear la guía de señalización que después desencadenaría en depresión y ansiedad.

Manifestó que la parte intensiva de la investigación se llevó a cabo de marzo a noviembre de 2018, sin embargo, el trabajo debe continuar antes de llegar a introducir el Lactobachill en el humano.

El interés en este proyecto es debido a las tasas reportadas en México, ya que estas señalan que 30 por ciento de la población tiene problemas de ansiedad o depresión y menos de una tercera parte son tratadas, subrayó.

La universitaria dijo que también indagaron sobre los actuales tratamientos, en lo que el medicamento hace una reacción en el cuerpo que al principio puede tener otros efectos.

Recientemente, Lactobachill recibió el Premio Rómulo Garza otorgado por el Tec de Monterrey a estudiantes por proyectos con componentes de investigación e innovación.

Este galardón es otorgado anualmente con el objetivo de reconocer a investigadores, así como a los resultados de la investigación desarrollada por la comunidad del Tecnológico de Monterrey.

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