Apenas lleva mes y medio y ya el nuevo secretario de obras públicas, Jorge Betancourt, ha acumulado una gran lista de quejas y denuncias en su contra que bien valdría la pena que la secretaria de la función publica investigue a fondo para deslindar responsabilidades.
Al relevo de Bayardo Robles, más temprano que tarde, le comenzaron a sacar a relucir sus trapitos sucios al sol a través de las redes sociales y otros medios de comunicación.
Las denuncias hechas públicas por personal de esa dependencia, revelan la instrucción girada por este funcionario, de despedir bajo diferentes argumentos a empleados y trabajadores hasta con 15 años de antigüedad para incorporar a sus amistades.
Pero no solo eso, lo han denunciado porque muy a pesar del plan de austeridad, mandó remodelar todo el interior de sus nuevas oficinas y las de sus principales colaboradores, mientras que al personal de estructura fue canalizado al patio central para ser ubicados en ese sitio y trabajar bajo condiciones de hacinamiento.
Estas versiones hechas públicas por los propios trabajadores, señalan además que las nuevas oficinas contaran hasta con cocina especial que incluirá un chef, una sala de espera y espacios totalmente nuevos, valuados en varios miles de pesos.
Mientras se dispone a diestra y siniestra de importantes cantidades de dinero para las nuevas oficinas ejecutivas, también denunciaron que los pagos a constructoras están paralizados desde hace dos meses.
Por eso nos preguntamos, ¿de dónde sacara dinero el secretario de obras públicas para cubrir el costo total de esa obra? Cuando se supone que el gobierno no tiene dinero para cubrir los adeudos a los proveedores.
¿Acaso no se supone que en este momento el gobierno de Chiapas tiene el cinturón bastante apretado para no gastar en lujos?
Hasta el siguiente comentario.