Perfil de opinión martes 31 de mayo

por Notinúcleo Networks

La radio de nuestro país se encuentra en aprietos, titula en un artículo reciente, el periodista Javier Tejado Dondé, del diario el universal ¡Nada más acertado!

 

Señala que la radio es regulada por varias autoridades: el Instituto Federal de Telecomunicaciones regula la parte de las concesiones, prórrogas a éstas y aspectos técnicos; la Secretaría de Gobernación, regula los contenidos del día a día; la secretaría de hacienda opina sobre los dineros (contraprestaciones) que se tienen que pagar por el uso del espectro radioeléctrico por donde transitan las ondas radiofónicas; la Secretaría de Salud regula la publicidad de alimentos y productos médicos; y, finalmente el instituto nacional electoral supervisa el cumplimiento de las normas electorales y ordena la transmisión de millones de spots cada vez que hay elecciones. “todo un arte lidiar con tanta autoridad”.

 

Antes de la reforma que creó el instituto federal de telecomunicaciones en 2013, era la Secretaría de Gobernación, la autoridad encargada de ver todos los temas que se relacionaban con la radiodifusión.  Por decirlo de algún modo, era “el ejecutivo de cuenta” de toda la radio. Esto lo hacía a través del consejo nacional de radio y televisión, instancia que se reunía mensualmente y en la que participaban los secretarios o subsecretarios de todas las dependencias de gobierno involucradas, los sindicatos y la industria de la radio. En esta instancia se coordinaban todos los temas de interés para las partes.

 

Ahora, la radio está sumergida en un caos en el que las dependencias oficiales casi ni se comunican entre ellas y en el que se están tomando una serie de decisiones que le restan viabilidad comercial a toda la radio.

 

En los estados de Guerrero y Michoacán, la queja central es que la inviabilidad económica viene por la violencia, los cobros de piso (para anunciantes y estaciones) y la toma de instalaciones radiofónicas.

 

Mientras tanto, en Oaxaca y Chiapas el problema se centra en las cada vez más abundantes estaciones clandestinas mejor conocidas como “piratas” a las que nadie frena y son competencia desleal para la radio que sí paga impuestos y cumple con todo tipo de normas.

 

Por increíble que parezca, tanto la difícil situación que enfrenta la publicidad comercial en estos años de poco crecimiento, como la descoordinación entre las autoridades reguladoras están poniendo en riesgo la viabilidad de toda la industria radiofónica nacional. Desde los pequeños concesionarios agrupados en radio independiente, hasta los grandes grupos radiofónicos en la cámara de la industria de radio y televisión, así como los trabajadores, han mostrado abiertamente su preocupación…

 

Hasta el siguiente comentario.

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