Continúa el tráfico indiscriminado de iguanas, tortugas y cocodrilos en Chiapas, que se ha convertido en un verdadero negocio para quienes comercializan estas especies en el mercado negro.
Pero esta situación poco parece importarles a muchos presidentes municipales que prefieren hacerse de la vista gorda, antes de enfrentar a los que tienen en sus manos el teje y maneje, muy a pesar de que estas especies están protegidas por normas de carácter federal.
Por ejemplo, esta misma semana en el mercado municipal de Tuxtla Chico, fueron aseguradas 17 tortugas casquito y 9 ejemplares de iguana verde, que han representado en los últimos años, una verdadera mina de oro.
Pero no solo en Tuxtla Chico sucede esto, también se venden en mercados públicos de Suchiate, Unión Juárez, Huixtla, Mapastepec, Acacoyagua y Pijijiapan, entre otros, cuyas ganancias al año son millonarias, sin pagar un solo centavo, más que las mordidas que seguramente reciben los inspectores de vía publica de los ayuntamientos que permiten a todas luces esta venta clandestina, cuyo mercado también se extiende a la venta de huevo de tortugas, muy a pesar de que la ley general de vida silvestre de México en su artículo 122, señala que se infraccionará a las personas que realicen cualquier acto que cause la destrucción o daño de la vida silvestre o de su hábitat, situación que se ha convertido en letra muerta, pues se calcula que año con año 35 mil tortugas y sus huevecillos son presa de los cazadores furtivos.
Otro de los municipios que registra denuncias, es Mazatán donde prevalece el tráfico de animales en peligro de extinción.
Pero esta práctica seguirá mientras que la corrupción continúe siendo alentada por las propias autoridades municipales y mientras que instancias como la SEMARNAT también se hagan de la vista gorda…
Hasta el siguiente comentario.