Perfil de opinión, jueves 14 de julio

por Notinúcleo Networks

El PRI va para atrás como el cangrejo.

 

El pasado martes, eligió  a su nuevo dirigente nacional y lo hizo, a la vieja usanza.

 

Con los  mismos vicios y las mismas mañas del pasado.

 

Con una convocatoria hecha a la medida de quien fue “ungido”.

 

La democracia que predica más bien es dedocracia.

 

Enrique Ochoa Reza, quien por obra y gracia del “espíritu santo” fue “electo” no es militante ni ha sido consejero político, tal como él mismo lo confesó en el año 2010 durante una comparecencia ante el poder legislativo, porque así convenía a sus intereses en ese momento.

 

La militancia que conoce la declaración de principios, el estatuto y el programa de acción del partido revolucionario institucional, sabe de sus derechos  y obligaciones, seguramente estuvo en desacuerdo con el procedimiento y el “teatro” que se montó, incluyendo el registro de otro candidato que sabía de antemano que no sería el elegido, pero que hizo el papel de “palero” para guardar las apariencias.

 

Y es que el PRI,  ya demostró que no sabe ser oposición, pero tampoco sabe estar en el poder.

 

Porque una cosa es ser gobierno y otra cosa muy distinta es permanecer de rodillas para aceptar toda clase de imposiciones desde el poder mismo.

 

Con lo anterior, queda demostrado que el PRI, como sus tres sectores y demás organizaciones adherentes, le temen a la democracia; de lo contrario hubiesen realizando una elección abierta y sin recibir consigna de nadie.

 

Pero no hay problema… aquí no pasa nada. Seguramente los demás partidos políticos del país están complacidos y muy agradecidos; mientras los priistas y sus dirigentes,  “en el pecado seguirán llevando la penitencia”…

 

Hasta el siguiente comentario.

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