Los puentes peatonales que se encuentran en los bulevares y libramientos de Tuxtla Gutiérrez, siguen siendo “elefantes blancos”.
En algunos casos por falta de cultura del auto cuidado de los peatones y en otros por la obstrucción de la visibilidad en los barandales ante tanta publicidad oficial y comercial que los convierten en verdaderas “trampas” para el usuario y en sitios propicios para la acción de la delincuencia.
Resulta inexplicable que sea más importante la propaganda de eventos sociales, artísticos, deportivos y hasta campañas políticas, que la seguridad de la población.
Es curioso, pero precisamente los puentes que se encuentran frente a las escuelas son los que más riesgos representan porque están tapizados de lonas por ambos lados, con anuncios de toda índole.
Los estudiantes prefieren “torear” a los vehículos para cruzar la calle, que ser víctimas de los carteristas y exponer la vida cada que llegan o salen de la escuela.