Perfil de opinión, domingo 21 de agosto

por Notinúcleo Networks

Según la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones en los  Hogares publicado recientemente por el INEGI, en Chiapas, el 10.5 por ciento de las mujeres  mayores de 60 años han sufrido algún tipo de violencia  por parte de su propia familia.

 

La mayoría de estos abusos consisten en: discriminación, insultos, palabras hirientes, intimidación y acusaciones falsas, lo cual les causa dolor psíquico y sufrimiento.

 

Un  19 por ciento de la población de adultos mayores ha padecido maltrato físico y un 11 por ciento sufre daño económico.

 

De acuerdo con la misma institución, hasta el año 2010 en nuestro Estado había 345 mil adultos mayores que representaba el 7.2 por ciento del total de los habitantes.

 

Independientemente de que las cifras sean o no muy altas, son suficientes para darse cuenta de la desconsideración que padece este sector de la población.

 

Y si eso pasa en los hogares en donde se supone viven rodeados del cariño  de sus seres queridos, la pregunta de inmediato surge: ¿qué pasará en los albergues de ancianos?

 

Es posible que algunos de ellos vivan mejor que con sus familiares, pero los demás, están expuestos  al maltrato y al abuso por parte de quienes los tienen bajo su cuidado. Para estas casas- hogares, hay autoridades que deben supervisar de manera constante su funcionamiento para evitar que se cometan injusticias con estos seres desvalidos y vencidos por la edad y las enfermedades.

 

La información que proporciona el INEGI, invita a la reflexión:

 

Esta situación se da porque en el caso de algunos jóvenes y otros ya no tan jóvenes, seguramente creen que nunca llegarán a viejo.

 

Además de que la pérdida de valores que hoy en día carcome a  nuestra sociedad, convierte en indiferencia y desamor, la atención que deberían recibir nuestros adultos mayores.

 

Hasta el siguiente comentario.

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