El caso Chiapa de Corzo se le salió ya de control al aun presidente municipal de ese pueblo mágico al confirmarse que sus subalternos no solo están vinculados con una red de traficantes de personas, sino porque además, violaron los derechos humanos de migrantes, entre ellos de niños que fueron privados de su libertad.
Ayer le dimos cuenta de la detención de 21 policías municipales, pero conforme avanzan las indagatorias, se van descubriendo más cosas, como por ejemplo que estos subalternos también están acusados de aislamiento, amenazas e intimidación, tratos crueles, inhumanos o degradantes en agravio de 65 personas migrantes.
Así que muchos servidores públicos ya estarán poniendo sus barbas a remojar, toda vez que la secretaria de seguridad pública del estado tomo ya el control de la seguridad, pero del que nada se sabe es del presidente municipal y del jefe de la policía, haga de cuenta que la tierra se los trago, quizá porque saben que los delitos en materia de secuestro exprés se encuentran previstos en el artículo 9, y quien lo comete podría alcanzar una pena de 50 años de prisión.
Pero apenas comienza la historia que usted y yo conocemos, después el C-4, recibió una denuncia donde se informaba que varias personas, entre ellas mujeres y niños, fueron bajados de un camión de turismo y subidos a unas patrullas de la policía municipal de Chiapa de Corzo, siendo escondidos en las góndolas, pero vaya usted a saber que otras historias guardan esas paredes del cuarto de la policía donde fueron encerrados los migrantes quienes narraron también que durante su cautiverio, los policías les exigieron nombres y números telefónicos de sus familiares en sus países de origen, así como de los radicados en estados unidos para exigirles 3 mil pesos por cada uno para dejarlos en libertad.
Lo curioso de todo, es que nadie vio ni escucho nada, igualito como le hicieron cuando la policía municipal desapareció a los estudiantes de Ayotzinapa…