Perfil de opinión sábado 4 de junio

por Notinúcleo Networks

La Secretaría de Educación Pública acaba de elaborar y autorizar el Calendario Escolar 2016-2017;  de 200  y  de 185 días.

 

Explica que esta disposición es para los niveles preescolar, primaria, secundaria, normal y demás escuelas públicas y particulares incorporadas.

 

El inicio de clases será el 22 de agosto 2016 y terminará el 18 de julio de 2017. Para las escuelas que laboren  185 días, concluirá el 27 de junio.

 

Aclara la SEP que la ley se modificó para hacer “flexible” el calendario oficial y se “adecuará a las necesidades de cada escuela”.

 

La autoridad educativa está dejando “a criterio” de los directores, docentes y padres de familia la aplicación de 185 días.

 

Lo cierto es que nunca, desde que tenemos memoria, se ha cumplido con el calendario escolar.

 

De sobra sabemos que muchos maestros, salvo honrosas excepciones,  que laboran en escuelas alejadas de las ciudades lo hacen de martes a jueves. Que el día de quincena abandonan las aulas porque tienen que trasladarse a las cabeceras municipales o a la capital del Estado para cobrar su sueldo.

 

También por mal tiempo, porque al docente le dio resfrío, porque cumple años el director o directora o con cualquier pretexto  dejan de concurrir a su centro de trabajo.

 

Los inspectores y supervisores, en otros tiempos muy respetables  y cumplidos, hoy en día “brillan” por su ausencia, prefieren estar encerrados en sus oficinas con aire acondicionado, hacen como que trabajan, pero cobran puntualmente  los altos salarios que les asignan.

 

En los niveles de secundaria y preparatoria donde las jornadas son por hora, no se diga… hay maestros que solo se presentan a “saludar” a sus alumnos, les dejan tarea para el día siguiente y se retiran a los pasillos a  seguir “cotorreando” con sus compañeros.

 

Maestras que llegan 15 minutos tarde, utilizan otros 15 para maquillarse, imparten 15 minutos de clases y luego dictan la tarea y se despiden.

 

El incumplimiento al calendario escolar, los padres de familia lo sabemos y los maestros lo saben mejor, se da por “cualquier cosa”, bajo cualquier excusa.

 

Así que, señores de la SEP, no se quiebren la cabeza, ni se engañen… ni traten de engañarnos elaborando un calendario que solo está en el papel y que no pasa de ser una quimera de buenas intenciones… y más aún, en un Estado como el nuestro que se caracteriza por plantones, marchas y paros magisteriales como lo hemos atestiguado en los últimos años y en los últimos días…

 

Hasta el siguiente comentario.

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