Guns N’ Roses volvió  a pisar tierra mexicana

por Notinúcleo Networks

La noche  del viernes el Estadio Ciudad de los Deportes de la capital mexicana debutó en el mundo de los conciertos y el rock, y no lo pudo haber hecho mejor con un padrino más representativo del género que Guns N’ Roses, quienes con su gira We’re F’N Back, volvieron a pisar tierra mexicana y deleitaron a 45 mil personas que se dieron cita en el recinto con un viaje por su historia y su apoyo a Ucrania.

Diez minutos antes de las nueve de la noche el antiguo Estadio Azul se convirtió en una jungla donde el único dios a venerar era el hard rock. Duff McKagan, Slash, Axl Rose, Dizzy Reed, Richard Fortus y Frank Ferrer se apoderaron del lugar y con las primeras notas de It’s So Easy el público comenzó a mover sus cabezas a la orden que la música marcaba.

Mr. Brownstone fue el siguiente invitado en la lista y con este tema Axl mostró, de manera discreta, algunos de sus conocidos pasos mientras aquellos que se aferraban a sus años de juventud enseñaban orgullosos sus playeras de la banda.

Hola”, fue como Axl saludó a sus fieles seguidores chilangos, quienes con teléfono en mano siguieron cada movimiento que hacía el vocalista, McKagan, Reed y Slash, a quien un fan no dudó en gritarle: “Slash, cúbreme con tu manto”.

Con Chinese Democracy y Slither la banda poco a poco fue guiando a sus fans hacia lo que sería una noche de nostalgia, locura y descubrimiento para las nuevas generaciones que se hicieron presentes acompañadas por sus papás.

El escenario flanqueado por dos pantallas laterales que acercaban a aquellos en los lugares más lejanos a la banda y una pantalla central que re- producía gráficos hipnotizantes que rockeaban al ritmo de la música, adornaron un breve solo de Slash cuando la locura se desató… Guns N’ Roses le daba la bienvenida a la jungla a todos con el icónico tema del disco Appetite For Destruction, Welcome to the Jungle.

Los Guns saben que en México su base de fans es fiel… y no sólo a su música, sino al estilo que impusieron en la década de los 80 y se acentuó en los 90. Cientos de personas no dudaron en desempolvar sus camisas de franela rojas, sus botas negras militares, sus jeans rotos —por uso, no por diseño— sus paliacates rojos y uno que otro sombrero de copa.

Con una cátedra de cómo se toca una guitarra y un bajo, Slash y Duff le hicieron un final memorable a Double Talkin’Jive, la cual llegó después de Better y le dio paso a Live and Let Die, original de Wings, la cual el público no resistió a cantar y saltar, al mismo tiempo que intentaban dislocarse el cuello haciendo headbanging. “Gracias”, dijo Axl.

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