El líder del grupo islamista Hezbolá, Hassan Nasrallah, dijo en un mensaje televisado que Estados Unidos “es el completo responsable de la guerra en Gaza”, llamando al conflicto entre el grupo islamista Hamás y el Estado de Israel como una “guerra santa”, y destacó que la necesidad y la rapidez del “apoyo y aceptación” de Washington expusieron la “debilidad y el fracaso” del primer ministro Benjamin Netanyahu.
“Si queremos buscar una batalla con total legitimidad, no hay batalla como la lucha contra los sionistas (de Israel) […] El objetivo israelí de eliminar a Hamás es inalcanzable, lo que demuestra la estupidez de su gobierno […] Israel no ha logrado nada en Gaza después de un mes de violentas incursiones […] esta es una batalla entre la humanidad y la barbarie, representada por Estados Unidos, Israel y el Reino Unido”, afirmó el líder de Hezbolá. “La batalla terminará con la victoria de Gaza y la derrota de Israel”.
Nasrallah destacó que la decisión de lanzar la operación contra Israel “fue 100% palestina” y que sus líderes “se la ocultaron a todos”, afirmando que la operación “no molestó a nadie en el Eje de la Resistencia (Islámica)”, y aclaró que Irán “respalda y apoya los movimientos de resistencia en el Líbano y Palestina”, pero no impone sus decisiones a estos grupos. Aseguró que Hezbolá se unió a la guerra contra Israel “desde el 8 de octubre”, el día después del ataque contra Israel.
“Los felicitamos por mantenerlo en secreto y esto no afectó nuestra toma de decisiones”, añadió el líder de Hezbolá. “La decisión de Hamás fue correcta, sabia y valiente, llegó en el momento adecuado”.
Aseguró que el despliegue de fuerzas estadunidenses en la región de Medio Oriente es una señal de la debilidad de Israel y que Estados Unidos ha cometido “los crímenes más importantes de este siglo y del último”. Pidió a los países árabes “detener las exportaciones de petróleo y alimentos a Israel”, así como cortar relaciones diplomáticas y comerciales.
Además, agradeció a todos los que han salido a las calles a protestar contra la represión en Franja de Gaza, expresando su “solidaridad con los palestinos”, elogiando a Irak y Yemen haber puesto las “manos que se han unido a la batalla”. En su mensaje, denunció que “más de dos millones de personas en Gaza han estado viviendo durante casi 20 años sitiadas” antes del ataque del 7 de octubre.