El papa Francisco instó a la solidaridad internacional con Turquía y Siria ara ofrecer una ayuda concreta a los afectados por la “calamidad devastadora” a dos días después del devastador terremoto, cuyo número de muertos supera los 11 mil 200.
“Animo a todos a solidarizarse con esos territorios, algunos de ellos ya martirizados por una larga guerra”, dijo al papa al término de la audiencia general. “Con emoción rezo por ellos y expreso mi cercanía a estos pueblos, a las familias de las víctimas y a todos los que sufren esta calamidad devastadora”.
El pontífice invitó también a rezar por los rescatadores, obstaculizados por las adversas condiciones meteorológicas y los graves daños en las carreteras.
“Oremos juntos para que estos hermanos y hermanas puedan avanzar frente a esta tragedia. Mis pensamientos se dirigen en este momento a las poblaciones de Turquía y Siria, duramente golpeadas por el terremoto que ha causado miles de muertos y heridos”, aseguró.
Francisco agradeció la labor de las operaciones de emergencia en las poblaciones del sur de Turquía y el noreste de Siria, que están excavando entre los escombros en busca de hombres, mujeres y niños. Los esfuerzos para encontrar vida debajo de los escombros, sin embargo, se han visto obstaculizados por las continuas réplicas, las temperaturas bajo cero, las carreteras dañadas y también por la falta de un plan eficaz para hacer frente a las emergencias.
El pontífice pidió también que no se olvide “el sufrimiento” del pueblo ucraniano “tan martirizado por este frío, sin luz, sin calefacción y en guerra”, agregó. Desde su cuenta de Twitter, el Papa aseguró su cercanía personal y espiritual a los afectados por esta tragedia, comparable, según los expertos, a la explosión de 100 bombas atómicas.
“Estoy cerca de todo corazón de las personas afectadas por el terremoto en Turquía y Siria. Sigo rezando por los que han perdido la vida, por los heridos, sus familias, los rescatadores. Que la ayuda concreta de todos nosotros les apoye en esta terrible tragedia”, señaló el Papa.