El municipio de Berriozábal enfrenta un adeudo millonario con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que supera los 91 millones de pesos, derivado principalmente del costo que implica el bombeo de agua potable desde Chiapa de Corzo.
La situación coloca a Berriozábal como uno de los municipios más endeudados con la empresa de energía en el estado, un hecho que ha generado cuestionamientos sobre la administración de los recursos públicos.
El presidente municipal, Jorge Acero Gómez, quien se encuentra en su segundo mandato, reconoció que trasladar el agua desde otro municipio es un proceso costoso y complejo. Sin embargo, evitó precisar cómo se atenderá la deuda ni explicó por qué en su primer informe de gobierno no se hizo público este pasivo millonario, considerado uno de los grandes pendientes de su administración.
En su primer trienio, Acero Gómez pudo argumentar que la deuda era heredada, pero en este segundo mandato la responsabilidad recae directamente en su gobierno. Esto ha encendido críticas de ciudadanos que señalan que, mientras se invierte en obras visibles como parques y espacios de recreación para la foto en redes sociales, se deja en la sombra lo primordial: garantizar servicios básicos y transparentar el uso de los recursos.
La deuda con la CFE no solo compromete la estabilidad financiera del municipio, también revela una cadena de malos manejos que se ha arrastrado de administraciones anteriores sin que exista una rendición de cuentas clara.
Hoy la población de Berriozábal exige saber cómo se manejan los presupuestos municipales y federales, etiquetados en teoría para cubrir gastos de agua, luz y servicios públicos. La falta de transparencia alimenta el descontento y pone en evidencia que, mientras las deudas crecen, el pueblo sigue pagando por un servicio intermitente, caro e ineficiente.
El adeudo de más de 91 millones con la CFE se convierte así en un símbolo de la desatención gubernamental y de la falta de responsabilidad con la ciudadanía.
