Este mismo año Tuxtla Gutiérrez podría contar con un parque exclusivamente para mascotas, en el que además podrían ofrecerse servicios de vacunación y esterilización, anunció el presidente municipal Fernando Castellanos Cal y Mayor.
Explicó que este proyecto tiene como propósito que exista un espacio adecuado para el paseo de mascotas, en donde también las condiciones sanitarias hacia los animales estén bajo control, contrario a lo que pasa cuando los capitalinos llevan a sus animales a otros centros de esparcimiento de la ciudad.
El parque para mascotas se pretende que esté ubicado a un costado de la planta de tratamiento de aguas residuales Tuchtlán, que forma está frente a los parques Caña Hueca y Joyú Mayú, justamente enfrente del Reloj Floral.
Aunado a lo anterior señaló que en los próximos meses podría ya estarse anunciando la inauguración del Centro de Control Animal de Tuxtla Gutiérrez, que tendrá especialistas y cumplirá con todas las normas sanitarias requeridas para ese tipo de infraestructura.
El alcalde capitalino mencionó que hace algunos meses se contó con la colaboración de algunos expertos en materia de control canino y felino, quienes hicieron las observaciones que son necesarias para poder poner en marcha el centro que desde el gobierno municipal pasado está detenido.
“Lo que pasa es que yo quiero que sea un lugar digno, no quiero que sea una perrera sino un centro de control en donde se le dé una vida digna o una oportunidad de adopción a los animales que se resguarden, entonces nos vamos a meter a dignificar este Centro de Control Canino, porque parece que quienes originalmente lo construyeron estaban pensando en un centro de concentración.”
Fernando Castellanos Cal y Mayor anunció que para dignificar este Centro de Control Canino se invertirán cerca de 800 mil pesos, para mejorar la infraestructura ya existente pero que debe ser adecuada para albergar perros y gatos en situación de calle.
Mencionó que una vez que sea inaugurado este centro de control animal, también contará con la tecnología para incinerar a las mascotas que hayan muerto de manera natural o por algún accidente y cuyos propietarios las lleven para darles un destino final adecuado y digno.