El tráfico ilegal de ganado procedente de Centroamérica no para, pese a ser uno de los factores de la presencia del gusano barrenador del ganado en Chiapas. Por las noches, las llamadas “panzonas” circulan desde Suchiate hasta el centro de la República Mexicana, una vez que los animales son marcados por fierros certificados para legalizar el ingreso a territorio nacional, denunciaron veterinarios de la Senasica.
Los especialistas, acusaron que la práctica ha llevado a ganar miles de millones de pesos a las uniones ganaderas, quienes alquilan los fierros para marcar a los animales y darle legalidad para permitir el paso sin que ninguna autoridad los pare.
La mayoría del ganado vacuno va a parar a Nuevo León, Nayarit y Guadalajara, entre otros. El ingreso ilegal de vacuno a México fue uno de los factores de la presencia del gusano barrenador del ganado y a la fecha se encuentra descontrolado.
El paso de ganado ilegal desde Centroamérica se mantiene desde hace más de 10 años.
Los médicos veterinarios del Senasica señalaron que los ganaderos de Chiapas, especialmente de los municipios fronterizos, marcan a los animales para darles la legalidad requerida para poder ser trasladados hacia el centro del país.
La mayoría de los ganaderos que prestan sus fierros para marcar a las novillonas se ubican en los municipios de Palenque, Benemérito de las Américas, Ocosingo, Marqués de Comillas en la región de la selva, el ingreso es desde la zona del Petén, en Guatemala, y también en la zona del Ceibo, en Tabasco.
Por la costa, están los municipios de Pijijiapán y Mapastepec, desde donde trasladan el ganado hacia el norte del país, pero lo hacen por las noches, pese estar prohibido este tipo de traslado, dijeron fuentes de la policía municipal, quienes pidieron el anonimato.
En los municipios de la zona de la selva es donde se empezaron a registrar los casos del gusano barrenador del ganado, desde septiembre del año pasado ante el descontrol del ingreso, hoy en día muchos ganaderos de la zona tratan de evitar de dar a conocer la presencia del parásito por temor a que sus ranchos caigan en cuarentena.