Aún cuando México nunca ha autorizado la siembra comercial de maíz transgénico en territorio nacional, hoy nuestro país depende más que nunca de la importación de este grano genéticamente modificado proveniente, en su mayoría de Estados Unidos, porque si bien, no lo cultivamos, si lo compramos en grandes cantidades al exterior.
“De repente traemos también maíz genéticamente modificado de Brasil que pelea con Estados Unidos el primer lugar en producción a nivel mundial o de Argentina, que es el tercer exportador”, reveló Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
La importación de maíz amarillo transgénico, rompió el año pasado todos los récords al sumar 23.8 millones de toneladas, que equivalen a más de la mitad, el 50.13 por ciento del consumo nacional, que es de alrededor de 47.47 millones de toneladas anuales.
Álvaro López Ríos, secretario general Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), lamentó que México se haya convertido en el transcurso de los años, en “comprador de todo y productor de nada”, ante el abandono del campo mexicano.
“Es indignante que México haya desplazado a China, como el primer importador de maíz en el mundo, y es indignante, porque mientras China tiene mil 400 millones de habitantes que alimentar, nosotros tenemos apenas 140 millones de habitantes”, explicó.