Reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas podría beneficiar no sólo a los trabajadores, quienes tendrían menos estrés, sino también a las empresas, ya sus colaboradores serían más productivos.
Actualmente, países más desarrollados como Canadá, Alemania, Australia, entre otros, lo han puesto en práctica con resultados positivos.
No obstante, las jornadas laborales en América Latina continúan siendo las más altas a nivel mundial.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México y Colombia encabezan la lista con un total de 48 horas semanales, seguidos por Costa Rica y Chile con 45 horas a la semana.
De acuerdo con los expertos, la reducción de la jornada laboral puede ser beneficiosa para ambas partes cuando se implementa de manera adecuada, sin embargo, también existen posibles desventajas.
Cobee, la startup especializada en gestión de beneficios para empleados, destaca que entre los principales beneficios se encuentra el incremento de la productividad.
La Universidad de Stanford sugiere que existe una relación directa entre la improductividad y los días laborales extensos”.
Refiere que un horario de trabajo corto puede aumentar la eficacia de los empleados.
Con un tiempo limitado para completar sus tareas, los trabajadores tienden a enfocarse mejor y reducir el tiempo dedicado a actividades no productivas”.
También se reduciría el ausentismo al tener un día adicional de descanso, lo que haría a los trabajadores menos propensos a enfermarse o a tener días de ausencia.