La inteligencia artificial generativa (IA Gen) está detonando la potencia de los grupos del crimen organizado, que la emplean para hacer los llamados deepfakes y delinquir.
Los equipos tecnológicos del crimen organizado han usado chatbots y agentes de IA para rastrear en redes sociales, servicios de mensajería y sitios web, los perfiles de gente que puede ser fácilmente engañada. Los casos de éxito de fraude son altos, al punto que los cárteles están ganando millones de pesos, a veces más de lo que obtienen por la venta de drogas.
El uso de la IA por parte del crimen organizado ha dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en una cruda realidad que está reconfigurando las operaciones delictivas en América Latina. Lejos de la imagen de mafias obsoletas, organizaciones criminales de alto riesgo (…) han integrado la IA en su modus operandi, trasladando una parte crucial de sus actividades al ámbito digital”, explica Juan Manuel Aguilar, autor del estudio presentado hace unos días a escala mundial llamado: Uso de inteligencia artificial por redes criminales de alto riesgo, que trabajó en conjunto con el Paccto 2.0, un brazo de investigación de la Unión Europea.
Mediante estas tecnologías, los cárteles han logrado replicar voces de familiares o figuras de autoridad con alto nivel de fidelidad acústica, lo que ha permitido montar escenarios de secuestro, emergencia médica o coerción judicial.