Perfil de opinión, lunes 28 de noviembre

por Notinúcleo Networks

La muerte de Fidel Castro ocurrida el pasado fin de semana, en pleno “viernes negro”, día de fiesta en los Estados Unidos, tuvo reacciones encontradas: luto nacional de nueve días en la isla y festejos con manifestaciones calleras en el exterior, especialmente de los cubanos exiliados en Miami. Y no podía ser diferente… fue un personaje controvertido durante su larga vida de 90 años.

 

La historia registra que a mediados de la década de los 50 del siglo pasado, preparó en México, junto con su hermano Raúl y otros cubanos revolucionarios, la guerrilla que en 1959 derrocó al dictador Fulgencio Batista. Aquí, en nuestro país, también conoció y se alió con otro ícono del comunismo en américa latina, Ernesto “El Che” Guevara.

 

Para Castro y otros connacionales suyos, México fue su segunda casa, según declaró muchos años después uno de los embajadores acreditados en territorio azteca.

 

Sin embargo, las relaciones con el gobierno mexicano tuvo altibajos notables, enfriamientos y rupturas, especialmente en las administraciones de los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.

 

El primero incluso, fue el protagonista de aquel desafortunado episodio de la famosa frase “comes y te vas”, cuando telefónicamente Fox acortó la visita de Castro que había sido invitado a una “cumbre de la ONU para el desarrollo” que se realizó en Monterrey, y que como todos sabemos, lo hizo para congraciarse con el presidente estadounidense en turno, sin importarle que se le catalogara de “títere”, sumiso y lacayo del  poderoso país del norte.

 

Ahora falta saber que le depara a Cuba en el futuro inmediato. La incógnita está en que la partida de Fidel coincide fatalmente con la llegada de Donald Trump, un individuo impredecible, que tomará en enero próximo las riendas del gobierno de la unión americana.

 

Se va un personaje real, a la vez mítico y de leyenda… y comienza otra época incierta para los cubanos…

 

Hasta el siguiente comentario.

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