Mientras que todo mundo trabaja desde diferentes frentes en la reconstrucción de los daños que nos dejó tanto el terremoto en Chiapas y Oaxaca como el fuerte sismo de la Ciudad de México, Morelos y Puebla, hay quienes en este momento se dan a la tarea de lucrar con el dolor ajeno y de paso, aprovechan con llenarse las bolsas de dinero a través de todo lo que se han robado, producto de la ayuda humanitaria.
Tenemos por ejemplo al que vendía a 100 pesos las despensas en vez de dárselas a los damnificados o que tal el servidor público que estaba haciendo su guardadito con las colchonetas que alguien donó, así como quienes desaparecieron como por arte de magia algunas decenas de casas de campaña donadas por los gobiernos de Canadá y China, eso sin contar a los que se hicieron pasar como damnificados, quienes no les quedo de otra más que devolver los cheques que ya les habían dado.
¡Ah! y por si fuera poco, las denuncia hechas en varias colonias de Villaflores en el sentido de que alguien está rasurando el dinero que les toca a los que perdieron todo, pues en vez de que les den sus 120 mil pesos para reconstruir sus viviendas, sólo les viene tocando de 10, 30 y 50 mil pesos, según las denuncias.
Por eso diversos sectores de la sociedad ven con buenos ojos la iniciativa que presentaron en el Senado de la República donde promueven castigar a quien robe ayuda humanitaria, con castigos de cinco a doce años de encarcelamiento y hasta mil doscientos días de multa.
Solo falta que voten a favor, claro, quizá haya quien se abstenga por aquello de que no vayan a pisar algún cayo…