Con el objetivo de impulsar la investigación científica y preservar el patrimonio paleontológico de Chiapas, la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (SEMAHN) dio a conocer el hallazgo del fragmento de una mandíbula de un Paratoceras de 23 millones de años de la Era Cenozoica.
La presentación de este fósil fue encabezada por la Mtra. Malena Torres Abarca, titular de la SEMAHN quien hizo la invitación para que las familias del pueblo de Chiapas visiten el Museo de Paleontología Eliseo Palacios Aguilera, ubicado en la Calzada de las Personas Ilustres en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; donde el fragmento de mandíbula de Paratoceras estará en exhibición, además de estar disponible en una pantalla interactiva en plataforma 3D.
Este registro fósil fue rescatado en los sedimentos que afloran en las minas de ámbar del municipio de Simojovel de Allende, Chiapas. La mandíbula fue rescatada por la Dra. Virginia Friedman, de la Universidad de Texas y posteriormente donada al Museo de Paleontología.
De acuerdo a investigaciones preliminares realizadas por investigadores del museo, en colaboración con el Dr. Eduardo Jiménez Hidalgo, de la Universidad del Mar, Campus Puerto Escondido, Oaxaca indican que la pieza hallada perteneció a un grupo de animales mamíferos extintos parecidos a un cérvido llamado protocerátidos.
Las características de los dientes permitieron referir este protocerátido al género Paratoceras. Su importancia destaca por ser una evidencia muy rara en el registro fósil. Paratoceras es un género extinto muy semejante a un ciervo actual, pero más emparentado con los camélidos.
El descubrimiento es de suma importancia por varias razones, entre ellas que los dientes presentan diferencias con el de otras especies de Paratoceras descubiertos en Estados Unidos y Panamá, por lo que es una potencial especie nueva para la ciencia, aunado a esto es el ejemplar de Paratoceras más antiguo conocido, ya que su edad geológica corresponde a 23 millones de años de la era cenozoica, además aporta conocimientos para entender la composición de la fauna que existía a inicios del Mioceno en el sur de México.