Brasil, que alberga el 12% del agua dulce del planeta, especialmente en el Amazonas, enfrenta una continua reducción de su superficie acuática debido a la explotación de la tierra y a eventos climáticos, según un informe publicado este viernes.
Solo entre 2023 y 2024, el gigante latinoamericano perdió 2% de su territorio cubierto por agua, indicó la plataforma de vigilancia MapBiomas. Se trata de una tendencia constante: desde 1985, la superficie de los ríos y lagos de Brasil se redujo 15%.
“La dinámica de ocupación y uso de la tierra, junto con eventos climáticos extremos causados por el calentamiento global, están dejando a Brasil más seco”, advierte Juliano Schirmbeck, coordinador técnico de MapBiomas Agua.
Casi dos tercios de la superficie de agua de Brasil se halla en el Amazonas, que tiene un papel crucial en la regulación del clima local y mundial por su capacidad de absorber dióxido de carbono. Golpeada por una sequía extrema, esta región perdió el año pasado 3,6% de sus cuerpos de agua en relación con la media histórica.
Este fenómeno es consecuencia de sequías, sobreexplotación de acuíferos, desarrollo urbano o modificación de cauces naturales. Impacta negativamente en la biodiversidad, la producción agrícola y las comunidades que dependen de estos recursos hídricos para subsistir.