Las empresas factureras llegaron a la entidad chiapaneca para abonar a la cultura de la corrupción y la falta de rendición de cuentas. La opacidad financiera y la evasión fiscal representan desafíos persistentes en el panorama económico de Chiapas.
Las factureras nacen bajo el cobijo criminal y fraudulento, socavando la recaudación de impuestos y distorsionando la competencia leal. Estas entidades, que simulan operaciones comerciales para generar facturas deducibles de impuestos sin una actividad económica real, han puesto en alerta a las autoridades fiscales como la Auditoría Superior del Estado (ASE) y a diversos sectores productivos del estado.
“No están reconocida o no están cien por ciento identificadas, pero sí sabemos que realizan en este tipo de actividades… bien decimos los contadores que cuando tienes que explicar muchas veces necesita ser revisado ahí es donde actúan este tipo de empresas”, dijo Erika Yadira Pérez Mérida, auditora financiera del Colegio de Contadores Públicos Chiapanecos (CCPCH).
Aunque no se tiene un dato de cuántas empresas de éstas existen en Chiapas, especialistas señalan que, además de generar un daño a la economía de la entidad, estas organizaciones disminuyen la recaudación fiscal estatal y federal, limitando los recursos disponibles para inversión en infraestructura, educación y salud.
Informa: Lizbeth Leyte
