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En Qatar no hay alcohol en los estadios, pero sí hay droga en las calles. Y quienes la venden son los herederos de la estructura criminal de Joaquín El Chapo Guzmán y representantes de Nemesio Oseguera Cervantes,

El Mencho, quienes han convertido a la sede mundialista en uno más de sus bastiones fuera de México. En entrevista exclusiva con MILENIO, el experto en narcoterrorismo en el Golfo Pérsico Johan Obdola aseguró que, desde hace cinco años, los dos cárteles más grandes del país distribuyen cocaína en territorio catarí, según las investigaciones que ha realizado la consultora internacional —IOSI Organización Global para la Seguridad e Inteligencia— sobre narcotráfico en el Mundo Árabe.

De acuerdo con Johan Obdola, la oferta de los cárteles mexicanos en la casa de la Copa del Mundo 2022 no se limita a la cocaína, sino que también abarca metanfetaminas y el captagón, conocida como “la droga de los yihadistas”, una potente anfetamina que es capaz de estimular el sistema nervioso hasta impedir el sueño por más de 36 horas y que es muy popular entre las filas de grupos terroristas.

Pero en los meses anteriores a la inauguración del Mundial de Futbol, el uso del captagón —también llamada “la cocaína de los pobres”— tuvo otro uso en Qatar: se incrementó entre migrantes de países pobres en Medio Oriente que trabajaron a marchas forzadas en la construcción de los nuevos estadios.